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  • Foto del escritorFernando Pantoja Sánchez

El primer día del cachorro en casa

Actualizado: 9 sept 2018


Es importante acondicionar previamente un espacio “a prueba de cachorros” para que ya esté disponible cuando llegue a su nuevo hogar. Este espacio deberá ser confortable, cálido, tranquilo, en una zona sin ruidos raros como pueden ser los producidos por electrodomésticos o tuberías, seguro y que disponga de una zona de descanso para el cachorro alejada de la zona de eliminación.


Es recomendable que el cachorro llegue a casa con tiempo suficiente para que pueda explorar todo antes de que llegue el momento de irse a dormir. Hay que tener en cuenta que es el primer día que pasa alejado de su madre y sus hermanos de camada. Puede ayudar a que el cachorro se sienta más seguro colocar un difusor de feromonas caninas (Adaptil) en la habitación o zona del cachorro.


Antes de que toda la familia se vaya a dormir llevaremos al cachorro a su zona, se le colocará en su sitio de descanso y se le dejará ahí solo, de esta manera escuchará que el resto de la familia aún está despierta y se sentirá menos inseguro. El sitio de descanso debe ser cálido y confortable. Es una buena idea colocar en su cama una toalla o prenda que haya estado en contacto con la madre, para que el cachorro encuentre un olor familiar, también suele ayudar mucho colocar en la cama una bolsa de agua caliente debajo de alguna prenda. Si el cachorro ya tiene vínculo con algún miembro de la nueva familia se puede colocar una prenda de esa persona. Debemos evitar colocar los juguetes del cachorro en su cama y jugar con él sobre ella, porque debe aprender que ese espacio es para dormir.


Es normal que el cachorro llore las primeras noches, pero NO SE DEBE ACUDIR a ver qué le pasa. Si el cachorro se da cuenta de que cuando llora siempre acude alguien a verle, le coge y le acaricia aprenderá que llorando obtiene compañía. A veces es muy difícil no levantarse cuando lloran los primeros días, pero es preferible pasar 3 ó 4 noches malas que convivir con un perro incapaz de dormir solo y que adquiere la costumbre de llorar para conseguir atención.


Desde este primer día se debe empezar a enseñar al cachorro los hábitos de eliminación, siendo lo ideal que ya hubiera comenzado a enseñarle el criador o propietario de la madre. Para ello se debe preparar mínimo una zona donde el cachorro pueda orinar y defecar. Si la casa es muy grande debe haber más de una zona, puesto que siempre debe poder acceder a las mismas. Para estas zonas se pueden emplear periódicos o empapadores y es importante que esté alejada de la comida y de su zona de descanso, puesto que ellos instintivamente se alejan de estas zonas para mantenerlas limpias. Debe haber también una zona de eliminación en la habitación o zona donde va a dormir el cachorro, siempre que ésta zona sea lo suficientemente amplia para albergar los dos espacios.


Voluptate illum dolore

APRENDIZAJE DE LOS HÁBITOS DE ELIMINACIÓN


Ya hemos hablado de cómo deben ser las zonas de eliminación y dónde deben situarse, recordando alejarlas de las zonas de comida y descanso, para que el animal tenga preferencia por utilizarlas.


La mayoría de los cachorros tienen tendencia a utilizar las alfombras o alfombrillas de la casa como zona de eliminación, por el tipo de textura, mostrando la mayoría preferencia por texturas algo más blandas, por lo tanto debemos de tener cuidado con estos lugares. Ayuda a que utilicen esta zona si dejamos siempre un poco manchado el papel o el empapador de orinas anteriores, porque le atraerá el olor.


Hay varios momentos del día en los que el cachorro orinará o defecará con mayor probabilidad, estos son:


– Después de comer o beber.


– Tras un rato de juego.


– Nada más despertarse.


En estos momentos llevaremos nosotros mismos al cachorro a la zona de eliminación y si la usa correctamente premiaremos con alguna galleta para perros o con caricias y la voz. El cachorro tiene que darse cuenta de que estamos alegres y de que lo ha hecho bien. De esta manera aprenderá, poco a poco, que cuando elimina en esa zona obtiene un premio y además complace a sus propietarios, algo que para ellos es fundamental. Además llevaremos al cachorro a la zona de eliminación cada X horas, siendo X el número de meses que tiene el cachorro + 1, así un cachorro de dos meses debería ser llevado cada 3 horas, uno de 3 meses cada 4 horas, etc…


Si el cachorro empieza a eliminar en una zona no permitida en nuestra presencia no debemos NUNCA REGAÑARLE O CASTIGARLE, porque puede entender que le regañamos por hacerlo en nuestra presencia, en cuyo caso a la hora de salir a la calle no querrá hacerlo por miedo a que le regañemos y esperará a volver a casa y se esconderá. En estos casos lo que se debe hacer es coger al cachorro en brazos y llevarle a la zona de eliminación, así entenderá que cuando no utiliza la zona viene el propietario y le molesta, y cuando lo hace en la zona adecuada nadie le molesta y, además, obtiene premios. Si encontramos un pis o una caca en algún lugar inadecuado simplemente limpiaremos la zona bien sin decirle nada al cachorro, en estos casos es importante eliminar el olor, para que el cachorro no crea que ese lugar es correcto porque ya tiene olor. Lo mejor para eliminar el olor son los detergentes enzimáticos (tipo Kalia), no se debe usar lejía o amoniaco puesto que, lejos de eliminar el olor de la orina, tienen más tendencia a orinar encima.


Una vez que el cachorro pueda salir a la calle con regularidad se le debe sacar el mayor número de veces posible, coincidiendo con los momentos en los que le acercábamos a la zona de eliminación. En este momento le daremos algún premio muy apetecible en la calle y le felicitaremos mucho con la voz y caricias (tiene que parecer una fiesta) y pasaremos a premiar sólo con la voz en la zona de eliminación en casa. De esta manera el cachorro preferirá hacerlo en la calle, puesto que la recompensa que obtiene es mucho mayor. Si nuestro cachorro está mucho tiempo en la calle y al volver a casa va directo a la zona de eliminación lo que debemos hacer es dejar de premiar en la zona de eliminación y al volver a casa meter la llave en la cerradura, abrir la puerta y bajarle otra vez corriendo a la calle, así no podrá aguantarse y será más probable que elimine en la calle.


ALIMENTACIÓN


Se debe alimentar al cachorro 3 veces al día y siempre a las mismas horas más o menos, de esta manera tendrá un horario a la hora de defecar, lo que facilitará mucho el aprendizaje, puesto que aprovecharemos esos momentos para sacarle a la calle, siendo así más probable que defeque. Para conseguir que el cachorro coma a las horas que le ponemos la comida le pondremos delante el plato con la comida y se lo dejaremos 10 ó 15 minutos, si no lo quiere se lo retiramos y no se lo volvemos a ofrecer hasta la toma siguiente, para esto es importante no darle de comer entre horas, más allá de los premios puntuales por los comportamientos que hace bien.


"Los premios se deben dar SIEMPRE A CAMBIO DE ALGO y no deben suponer ¨”la mitad de la dieta”.

Debe tener siempre acceso al agua y ésta debe ser siempre fresca, teniendo especial cuidado en épocas muy calurosas. Podemos retirar el agua al cachorro antes de irse a dormir para facilitar que aguante por la noche sin orinar.


Elegiremos preferiblemente una dieta comercial de alta gama adaptada a la edad y la talla del cachorro que hemos adquirido. Hay muchas opciones disponibles en el mercado. Debemos tener presente que cualquier cambio de alimentación debe realizarse de manera progresiva para evitar trastornos digestivos como las diarreas, prestando especial cuidado al destete.


Cuando el cachorro realice el cambio de dentición, en torno a los 6 meses de edad podremos valorar el alimentar 2 veces al día en lugar de 3.


SOCIALIZACIÓN


Los perros tienen un período llamado de socialización, que comprende desde la tercera semana hasta el tercer mes de vida aproximadamente, en el cual no les dan miedo los estímulos nuevos. Debemos APROVECHAR AL MÁXIMO ESTAS SEMANAS para enseñarle a nuestro cachorro todos aquellos estímulos con los que va a tener que convivir en un futuro. Para ello le debemos llevar a lugares diferentes, si aún no está vacunado del todo no le llevaremos a un parque lleno de perros desconocidos, pero sí podemos llevarle por la acera teniendo cuidado de que no huela orinas y heces, o en brazos.


Es importante que conozca distintos tipos de personas, con diferentes atuendos y que de todas esas experiencias saque algo positivo. De esta manera haremos que nuestro cachorro esté en contacto con niños de distintas edades, adultos, ancianos, personas de color, con uniformes llamativos, con sombreros, con paraguas, con movimientos raros, con cochecitos de bebés, etc… y que de todas esas interacciones saque algo positivo. Esto lo conseguiremos premiando al animal en presencia de estas personas o pidiendo que sean ellas quienes le premien, basta con una simple caricia suave para premiarle en estas ocasiones. Tenemos que tener cuidado a qué personas le exponemos, de manera que no sería bueno, por ejemplo, dejar al cachorro con un grupo de niños gritando a su alrededor y que le tiran del rabo y las orejas.


Al igual que lo hacemos con personas, se debe hacer con perros o con otros animales con los que vaya a tener que convivir. Procederemos de igual modo, enseñando al cachorro que estas interacciones aportan algo positivo. Es una buena idea llevar al cachorro a casa de algún amigo que tenga un perro que sepamos que está vacunado y desparasitado al día y que tiene buen carácter con otros perros y paciencia para aguantar a un cachorro. Hay que tener cuidado porque algunos perros adultos no toleran a los cachorros, y pueden hacer de estas primeras interacciones una experiencia traumática y crearle un miedo de adulto. Aún así es totalmente normal que en el parque un perro adulto le dé algún toque de atención a un cachorro y es positivo para él, porque así aprende cómo debe relacionarse con otros perros.


Por último, debemos acostumbrar al cachorro a aquellos objetos, ruidos y situaciones con las que va a convivir: autobuses, motos, coches pasando, el aspirador, el secador del pelo, visitas al veterinario, baños, cortes de uñas, limpieza de oídos, manipulaciones, collar y correa, etc. La manera de hacerlo es muy sencilla, iremos poco a poco exponiéndole a estos estímulos o situaciones e iremos premiando las actitudes calmadas del cachorro, esta vez lo haremos con comida.


JUGUETES Y JUEGO


Todos los cachorros exploran con la boca, por lo que pueden causar destrozos en casa, además necesitan jugar mucho tiempo, para ello lo mejor es tener varios juguetes adecuados para perros con los que pueda jugar.


Al igual que los niños, los cachorros se aburren de los juguetes si los tienen siempre disponibles, así que rotaremos los distintos juguetes en días y momentos, de manera que no tenga disponibles siempre todos los juguetes de los que dispone. Hay que tener en cuenta que no a todos los perros les gustan los mismos juguetes, por lo que tendremos que ir probando cuáles son sus preferidos. No debe tener sólo juguetes para los que necesite al propietario, debe tener también a su disposición juguetes que le hagan entretenerse solo como son los dispensadores de alimento, los huesos de piel o algunos mordedores.


Cuando juguemos con el cachorro tenemos que enseñarle que no puede mordernos, porque nos hace daño. Muchos cachorros aprenden esto con sus hermanos y con su madre, pero a algunos hay que enseñárselo porque no han tenido tiempo de aprenderlo o simplemente son muy bruscos jugando. La manera de enseñárselo es jugando con él con un juguete y con las manos, en el momento en el que nos muerda ligeramente dejaremos de jugar con el cachorro y le diremos un “NO” informativo, SIN GRITAR, para que entienda que morder significa fin del juego. Con estar 30 segundos con el juego parado el cachorro lo entenderá, si al volver a jugar vuelve a morder repetimos la acción y así sucesivamente. Si el cachorro se pone muy pesado le sacaremos de la habitación en la que estábamos jugando con él y le dejaremos ahí fuera 15 segundos, al dejarle volver a entrar volveremos a jugar con él, si sigue mordiendo el juego se acaba del todo.


Muchas veces tendemos a no decirle nada al cachorro cuando, por fin, se queda tranquilo tumbado o en su zona de descanso porque no queremos que se vuelva a poner a jugar. Es mejor acercarse al cachorro en estos momentos tranquilamente y hacerle una caricia o decirle muy bien, para que entienda que los momentos en los que está relajado también obtiene nuestra atención, que al fin y al cabo es lo que siempre busca. Si sólo le hacemos caso cuando está jugando o corriendo aprenderá que tiene que estar haciendo esto para lograr la atención de sus propietarios y será un perro mucho más nervioso.


ACOSTUMBRAR AL CACHORRO A QUEDARSE SOLO EN CASA


Lo ideal sería que las primeras semanas el cachorro estuviera siempre bajo vigilancia, pero la mayoría de las veces esto no es posible. En caso de que no sea posible se debe dejar al cachorro en la zona “a prueba de cachorros” con agua a su disposición, algunos juguetes con los que se pueda entretener solo, su sitio de descanso y su zona de eliminación. Tenemos que intentar que el tiempo que se quede solo sea progresivo, intentando no dejar al cachorro solo 8 horas el primer día de golpe. Además cuando vaya a quedarse solo le ofreceremos algo muy positivo, por ejemplo: dejarle sólo el juguete dispensador de comida cuando se queda solo, esconderle premios por la habitación o la zona en la que se queda, etc.


Sobre todo es importante que dejemos al cachorro en un lugar seguro, donde no se pueda hacer daño con nada, porque no vamos a estar para impedirle morder las cosas y el cachorro lo explora todo con la boca. Si no disponemos de una habitación así podemos acotar una zona de alguna habitación con alguna valla infantil o con un parque para cachorros. Hay que tener en cuenta que se debe dejar al cachorro es una zona confortable y donde él se encuentre cómodo, para evitar que se quede asustado y le coja miedo a quedarse solo.


HIGIENE Y LIMPIEZA


Debemos tener presente que todo el esfuerzo que realicemos cuando nuestro perro es un cachorro nos facilitará los cuidados que debemos prestarle durante el resto de la vida del animal.


Lo más importante en el caso del pelaje es acostumbrar a nuestro cachorro a un CEPILLADO DIARIO. Esto mantendrá la capa libre de pelos muertos, descamación y restos de suciedad como barro, arena y espigas. Si realizamos un buen cepillado no necesitaremos bañar tan a menudo a nuestra mascota.


Debemos distinguir entre baño y aseo. El baño lo debemos realizar una vez al mes aproximadamente, y nunca deberíamos bañar con una frecuencia inferior a 15 días. Debemos utilizar champús específicos para perros o jabón natural (casero o tipo Lagarto). El aseo debe realizarse a diario. Por aseo entendemos retirar las legañas de los ojos, limpiar restos de heces y orina, limpiar las patas al subir de la calle, limpiar y secar el abdomen cuando llueve, etc. Para los ojos podemos utilizar suero salino fisiológico o bien agua mineral, evitando lavarlos con manzanilla y otras sustancias.


Para la higiene dental debemos intentar acostumbrar a nuestro cachorro a que se deje cepillar los dientes, puesto que es el método más eficaz de evitar la enfermedad periodontal. Debemos ir poco a poco: primero acostumbraremos a que se deje tocar los dientes, después podemos utilizar una gasa suave y más adelante podemos intentar utilizar un cepillo de dientes de cerdas muy suaves. Si conseguimos llegar a este punto podemos aplicar dentífricos específicos junto con el cepillado. Si no logramos que nuestra mascota se deje cepillar hay otras opciones disponibles como las barritas, sprays o líquidos enzimáticos para el agua de bebida. Respecto al tipo de dieta es preferible alimentar una dieta comercial seca.

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